El selfie ha hecho víctimas por la imprudencia de las personas en búsqueda de la foto perfecta
Famosos o anónimos, los adeptos del selfie estiran el brazo, encogen su panza, hacen muecas, abren sus ojos, exageran con el maquillaje e incluso corren riesgo de vida. En diversas partes del mundo, existen noticias de muertes y accidentes causados por la obsesión en capturar el mejor ángulo para una foto.
El caso más reciente es el de la italiana Isabella Fracchiolla, de 16 años. Después de pasar cinco días en coma luego de caer de un peñasco de una altura de 20 metros, la adolescente murió el último día 9. La joven estaba en una excursión escolar, se detuvo para tomarse una foto y, en búsqueda de una buena imagen, terminó desequilibrándose y cayó en el mar.
En mayo, dos mujeres iraníes sufrieron un accidente automovilístico mientras hacían un video de sí mismas. Cantaban una canción mirando al celular y la conductora se distrajo. El video del accidente fue compartido en las redes sociales y se convirtió en noticia en las páginas de Internet como la del periódico The Telegraph. Por otra parte, en abril, la americana Courtney Sanford, de 32 años, chocó con el auto y murió luego de postear un selfie en el Facebook. La policía local asoció el accidente al uso del celular.
La preocupación exagerada por captar la mejor foto está transformando los autorretratos en un gran problema. Muchas personas que hacen selfie parecen valorizar más una imagen perfecta que el momento que están viviendo. Una prueba de eso es que, en diferentes eventos sociales, es común ver a muchas de ellas dedicar varios minutos para hacer clic en su propio celular. Además de eso, la obsesión por el selfie parece que las hace perder la noción del peligro que están corriendo al posicionarse en lugares de riesgo solo para captar una imagen. Y, para quien desea ser libre de la manía de sacarse una foto a sí mismo, aquí va un incentivo: los mejores momentos de la vida son mucho mejores guardados en la memoria.